¿QUE LE SIGNIFICA A LOS MISIONEROS LO QUE DIERON A LLAMAR ZONA FRANCA?
Un escudo para los misioneros del norte y un imán para el turismo
La Zona Franca de Misiones no es solo un régimen económico: es un escudo para el bolsillo de los misioneros del norte y un nuevo imán para el turismo. Con precios más competitivos y productos al alcance de todos, transforma a Iguazú, Wanda, Esperanza, Eldorado y Libertad en un polo de consumo local y atractivo regional.
En Misiones, frontera viva con Brasil y Paraguay, hablar de precios y consumo no es un detalle menor: forma parte de la vida cotidiana. Durante años, miles de misioneros cruzaron el puente hacia Foz o se animaron a las ferias de Ciudad del Este en busca de productos más baratos. Ahora, la historia comienza a escribirse de otro modo.
La Zona Franca de Misiones es un régimen especial que permite importar y vender productos con menos impuestos que en el resto del país. Eso se traduce en precios más bajos, más competitivos y al alcance de los bolsillos locales. No es un capricho: es una respuesta concreta a una provincia que compite todos los días con dos economías fronterizas muy activas.
Para un vecino de Puerto Iguazú, Libertad, Eldorado o Esperanza, la Zona Franca funciona como un escudo económico. Comprar un electrodoméstico o un celular sin tener que cruzar la frontera. Vestirse o equipar la casa con precios más justos. Ahorrar tiempo y dinero, invirtiendo dentro de su propia provincia. En palabras simples: la ventaja deja de estar del otro lado del río y empieza a jugar a favor en casa.
Pero la Zona Franca no solo protege al consumidor local: también atrae a quienes visitan Misiones. Un turista que llega a ver las Cataratas del Iguazú no solo se lleva la postal del agua cayendo entre la selva; también puede llevarse productos más accesibles, descubrir tiendas innovadoras y dejar su dinero en comercios, gastronomía y hotelería de la zona.
La ecuación es clara: los misioneros ganan, el turismo gana y la economía local respira.
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