EL BACHILLERATO PARA ADULTOS CUMPLE 35 AÑOS Y MUCHOS SUEÑOS
A comienzos de la década del 90, la educación de adultos en la comunidad atravesaba una etapa de grandes desafíos. En ese contexto, un grupo de personas decidió convertir una necesidad en oportunidad: crear un bachillerato que permitiera a los adultos finalizar sus estudios secundarios en horario nocturno. Así nació el proyecto del Bachillerato para Adultos (B.A.P.A.), fruto de la convicción y el trabajo conjunto de docentes, vecinos y autoridades locales.
La iniciativa surgió a partir de la inquietud de María Elba Cornero, cariñosamente conocida como Pochi, quien cursaba la secundaria a través del programa ESA y soñaba con poder asistir a una escuela nocturna. En una charla informal con Alberto “Bocha” Medina y Marina Medina, comenzó a tomar forma la idea de gestionar la creación de un bachillerato adaptado a las necesidades de los adultos trabajadores.
Bocha, junto a otro colaborador, presentó la propuesta a la entonces directora Marta Ruiz, quien brindó su aval institucional firmando los documentos necesarios, aunque aclaró que serían los propios impulsores quienes deberían realizar todas las gestiones y averiguaciones. Sin desanimarse, el grupo continuó avanzando.
El siguiente paso fue conversar con el intendente Rolando Santa Cruz, quien mostró una fuerte disposición a apoyar la iniciativa y se comprometió a presentar el pedido oficial de creación. No obstante, solicitó que se demostrara el interés comunitario mediante la recolección de firmas. La respuesta fue inmediata: en pocos días, lograron reunir más de las necesarias y una lista con 60 posibles estudiantes dispuestos a inscribirse.
Cuando Santa Cruz tomó licencia, el profesor Nilo Enríquez asumió interinamente la intendencia, y, como docente y amigo de los promotores, también ofreció su apoyo para que el proyecto siguiera adelante.
Gracias a estas gestiones y al acompañamiento del Sr. Cánovas, cuyo rol fue determinante en la fase final, la apertura del B.A.P.A. se concretó en tiempo récord. Las clases comenzaron en el antiguo edificio de madera, un espacio que se convirtió en el símbolo del esfuerzo colectivo por una educación más inclusiva.
Entre los primeros integrantes del equipo docente se encontraban Stella Maris Pereyra, Susana Pereyra, Hugo Mora, Marina Medina, Jorge Leiva, Alberto Medina, Alicia Mora, Miriam Candia, Reimunda Ledesma (quien también fue vicedirectora) y Alicia Domina. La preceptora inicial fue Antonia, oriunda de Wanda.
El nacimiento del Bachillerato para Adultos no solo marcó un hito en la historia educativa local, sino que también dejó una lección sobre el poder del trabajo comunitario, la perseverancia y la importancia de creer que la educación es una herramienta para transformar vidas.
Treinta y cinco años después, el espíritu de aquel grupo fundador sigue vivo. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones que, al igual que ellos, creen que nunca es tarde para aprender, crecer y cumplir sueños.
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